“Queremos recuperar el Ágora ateniense”

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¿Cuántas veces os habéis ‘pegado’ con una aplicación de la Administración sin llegar saber dónde encontrar lo que buscabais? ¿Cuántas veces se os ha ocurrido una idea espectacular para vuestro barrio y no habéis encontrado como ponerla en marcha? A las administraciones se les llena la boca de fomentar la participación ciudadana, pero ¿facilitan el proceso?

El Ayuntamiento de Barcelona tiene 23 apps, además de todos los servicios que ofrece vía web. Si de promedio las personas tenemos 40 aplicaciones en nuestros dispositivos móviles, ¿cuántas serán de estas 23? Y estas solo dan servicio a la ciudad de Barcelona, si vivimos en el área metropolitana o viajamos a cualquier otra parte de España, ninguna de estas aplicaciones nos servirá.

Unificar todos esos servicios es lo que quieren conseguir Martín Garrido y sus socios con eAgora. La idea era crear un ágora virtual que permita la interacción de todos los estamentos de la sociedad -Administraciones públicas, empresas, entidades y ciudadanía- para solventar cualquiera de los enormes desafíos que nos plantean, desde el reciclaje en los hogares o la generación de espacios inclusivos hasta cualquier servicio público.

Martín tiene el don de la clarividencia y de su sistematización en planes concretos, así como la virtud de rodearse de personas que le complementan y el convencimiento de que solo podemos abordar los grandes retos que tenemos uniendo fuerzas. Por eso, eAgora tiene ya en más de 550 clientes y próximamente estará en varios países.

¿Qué es eAgora?

eAgora es una startup de impacto social, la primera plataforma global ‘todo en uno’ que conecta a la ciudadanía con la Administración pública y las smart cities. Reúne para el usuario todos los servicios de interacción pública y comunitaria en una sola herramienta y facilita a los gobiernos el despliegue de la Agenda 2030, pudiendo medir en tiempo real el impacto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Por qué nace? ¿Cómo se os ocurrió la idea?

Nace como respuesta a los retos globales que tenemos que afrontar; como dice Antonio Guterres, secretario general de la ONU, “piensa en global y actúa en local”. Si pensamos en búsqueda nos viene a cabeza Google; si buscamos una marca como referente en compra online, seguramente sea Amazon, y si nos vamos al mundo de los viajes, según el segmento, Airbnb o Booking. ¿Pero si hablamos de interactuar con los servicios públicos y comunitarios? Aquí es donde se produce el vacío y este es el espacio que eAgora quiere ocupar.

Una plataforma global que nos permita tener todos los canales de información, participación y gestión en una sola herramienta y que además nos posibilite operar en nuestra ciudad o cualquier punto del planeta. Si pensamos en uno de estos cientos de servicios, tal nos venga a la mente el servicio de estacionamiento regulado (zona SER, azul, verde…) ¿Cuántas apps has utilizado si te mueves habitualmente por varios municipios? Y solo hablamos de una de las necesidades de la ciudadanía. Suma a ello poder votar en procesos participativos, comprar entradas, recibir información segmentada, realizar trámites, contar con una agenda de actividades, reportar incidencias, reservar una instalación deportiva o hacer útil toda la información que los sensores comienza a aportarnos con las smart cities, por solo aportar algunos ejemplos.

¿Qué queréis cambiar con eAgora?

eAgora es un espacio que facilita la interacción de las personas en sus comunidades locales, como nuestra marca indica, busca recuperar aquel espíritu del Ágora ateniense, donde se gestó la democracia, pero ahora en digital. Los retos que tenemos como sociedad requieren de participación y colaboración. El cambio climático o la transición energética, por citar dos ejemplos, no se harán realidad únicamente por un cambio legislativo. Si miramos los ODS, cualquiera de los desafíos que nos plantea requieren de la suma de todos los actores del ecosistema: administraciones públicas, empresas, entidades y ciudadanía.

Si no somos capaces de cambiar los paradigmas para trabajar juntos, desde una visión de inteligencia colectiva, estos retos serán papel mojado y, cada año que pase, el impacto negativo en el mundo que dejaremos a nuestros hijos será irreversible.

El modelo de ágoras nos permite conectar a estas comunidades transformadoras, además de ofrecer muchos otros servicios utilitarios a la ciudadanía, para unir todos estos actores y potenciar el impacto a escala global, pero siempre desde la acción local. Nos apasiona pensar en cognitive cities en contraposición a las smart cities. Con estas últimas, llegamos tarde, por que ‘el tiempo real es demasiado tarde’. Necesitamos que la inteligencia artificial ponga al servicio de la ciudadanía todo el big data que se está generando para predecir lo que nos pueda afectar. Si vamos conduciendo en un día lluvioso y nuestra ruta pasa por un paso inundable, la tecnología nos tiene que ayudar a prevenir ese potencial peligro antes de que lleguemos a él.

¿Qué es lo que más valoran los ciudadanos? ¿Y las empresas y los ayuntamientos?

El foco lo hemos puesto en tres factores clave. Primero, la experiencia de usuario: ¿Por qué con Google y Amazon buscamos y compramos respectivamente casi sin darnos cuenta, pero cuando interactuamos con la Administración todo son problemas? Segundo, el ‘todo en uno’, todo aquello que necesitas en un solo lugar. Y tercero, pensar en global, una plataforma que pueda valer en cualquier parte del planeta. Ahí radica el valor que le dan todos los públicos.

Y un plus en el caso de la Administración, contar con un panel de gestión que le aporte datos objetivos para la toma de decisiones, ya sean técnicas o políticas. Comprender lo que quiere, necesita y piensa la ciudadanía y compartir esta visión con cientos de ayuntamientos crea un efecto de inteligencia colectiva que redunda en mejor gestión y optimización de recursos públicos que, al final, son recursos de todos nosotros.

¿Cuál es la clave de vuestro éxito?

Seguramente sea un mix de dos ingredientes no tan secretos: primero, tener una visión y un propósito muy claro, no nos metimos en esto por dinero, ni poder, ni éxito, sino para facilitar un cambio que es necesario si queremos crear juntos un mundo más justo, sostenible y equitativo.

Y segundo, sin duda, el equipo. Los tres fundadores venimos de sectores muy diferentes, pero compartimos unos valores que es el pegamento para hacer realidad un ideal tan complejo. Al inicio éramos únicamente tres para todo, como pasa en toda startup y ahora con grandes profesionales que han venido a trabajar con nosotros porque han hecho suyo este motor que nos mueve, eso crea una magia que mueve montañas.

¿Cuál es vuestro mayor reto ahora mismo?

Escalar, sin duda, y continuar la integración de servicios. En una primera fase, crecimos bajo un modelo de venta tradicional y funcionó muy bien, pero ahora con más de 500 clientes y comenzado a internacionalizar, estamos en proceso de automatización del proceso de alta y contratación. Respecto a la integración, es un gran reto ya que son muchas más las demandas de los clientes que nuestra capacidad de integración y esto requiere que el equipo crezca y que la presión por hacerlo bien y rápido sea cada día mayor.

 

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